lunes, 7 de enero de 2013


 
GRIS
 
Te miro en la penumbra,
un minuto tras otro,
el reloj parpadea,
los segundos discurren,
las cortinas se agitan…
Es gris la madrugada.
 
Te miro ya sin ansia,
penetro en tus pupilas,
me adentro en tu cerebro
y veo tus temores,
tus recuerdos, tus iras,
tu angustia y tu añoranza.
 
Te miro y me recreo,
te leo lentamente,
puedo incluso sentir
el pulso de tu sangre,
la leve vibración
del gris de tus pestañas.
 
Te miro y te retengo;
te guardo en mi cajón
te escondo en un jersey,
te encierro, te resguardo
del mundo y sus maldades…
del incierto mañana.

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