lunes, 19 de agosto de 2013






EL BALOMPIÉ
 
Confieso que no distingo
un penalty de una falta,
que no conozco a Piqué
ni a Messi, ni a ese tal Kaka
(sí, ya sé que se acentúa
pero la rima es sagrada),
que no veo los partidos,
que no sigo las andanzas
de ese clan de superhéroes
que casi ni tienen barba
y ganan al mes más guita
que el propietario de Zara.
 
Confieso además, y a riesgo
de que me tachen de rara,
que no entiendo que haya gente
que se pegue a la pantalla
para ver cómo estos tipos
pasan el fin de semana
corriendo tras un balón
para cobrar una pasta
que no le pagan ni al Duque
(el que trabaja en la Nasa)
 
Entiendo que el tajo es duro,
entiendo que a nadie agrada
currar los días que el resto
de la peña no trabaja.
Entiendo que sufren mucho
y que es una gran putada
que el malvado juez de línea
no los mande para casa
en caso de hacerse pupa
o si el tiempo no acompaña.
 
Entiendo que los presionan,
que sus vidas son un drama,
que los persigue la prensa,
que los abruma la fama,
que no tienen un respiro,
que su carrera no es larga,
que las lesiones acechan
y que, pobres, se acobardan,
cuando les ponen delante
cien micros y veinte cámaras,
doce latas de refrescos
de otras tantas doce marcas,
dos paquetes de galletas,
cinco botellines de agua
y detrás ese panel
todo lleno de anagramas,
y les piden que analicen
(analizar… qué palabra)
la estrategia que el equipo
prepara para mañana…
 
Y así algún chico, (es normal
pues la presión los exalta)
en vez de respirar hondo,
aclararse la garganta,
carraspear un poquito,
responder con dos palabras,
hacer mutis por el foro
e irse a cenar a su casa,
se pone como un caballo,
se cabrea, se arrebata,
dice que el entrenador
es un inútil y un manta,
insulta a los periodistas,
a la afición y hasta al Papa…
 
Y nadie le da dos hostias:
al contrario, a la mañana
siguiente sale el careto
del colega en las portadas
de la prensa más leída
como si en vez de un bocazas
fuera un héroe nacional…
Y aquí no ha pasado nada:
ni una sanción, ni una multa,
ni dejarlo un mes sin paga,
ni que le suelte la Sole
una colleja bien dada…
 
Nadie toca a esos muchachos
¡Ay, qué país esta España!
 

 


2 comentarios:

  1. Ya te digo...qué país...
    Tengo alergia al balonpié, me salen ronchas solo de oír el ruido de la tele emitiendo un partido, antes era solo una irritación pero desde que los clubes deben millones a hacienda...o sea a mi y a ti y al otro pues me salen pústulas pruriginosas y viscosas...

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  2. Y eso por no hablar de la calidad del léxico que utilizan... qué elocuencia, pordiossss

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