Y NO
PARAS DE MIRARME…
Me
persigues cada noche
como
una sombra intrigante;
Me
contemplas desde lejos
intentando
devorarme;
te
acercas a pasos cortos
mientras
tus pupilas arden…
Y yo no
te quiero ya,
y yo no
deseo amarte:
y yo no
quiero intentar
reparar
lo irreparable…
…. Y ni
siquiera te miro…
Y no
paras de mirarme.
Y una
vez más, me recuerdo,
derrotada
y suplicante,
cuando
tú me repetías:
“Es inútil engañarse…
“Es inútil engañarse…
no
existe ningún motivo
para
seguir adelante”
Lloré
hasta quedarme seca;
grité
hasta perder el aire…
agoté
todas mis fuerzas
en la
labor de olvidarte.
Pensé
morir cada día
que no
llenabas mis tardes,
no me
sentía capaz
de ser
yo misma un instante.
…. No
me mirabas, y yo
no
paraba de mirarte.
Y
ahora, cuando lo recuerdo
me digo
que no me amaste,
me digo
que todavía
queda
mucho por delante.
Por
eso, cuando descubro
tu
mirada suplicante
me
sonrío para adentro:
“Mi
niño… ¿no ves que es tarde?”
…. Y ni
siquiera te miro
Y no
paras de mirarme
No hay comentarios:
Publicar un comentario