sábado, 14 de junio de 2014


LA VENTANA

Debía haberlo imaginado. En los últimos meses le había ido dejando pistas. Demasiadas pistas. No decía nada, pero la verdad es que jamás lo había dicho. Más bien se había limitado a manifestar su alegría y a disimular su descont...ento. Era huraño y no le gustaban las visitas. Ni el invierno. Ni el calor excesivo. Se aburría en casa y en la calle y su único entretenimiento consistía en hacer tonterías delante del espejo y en esparcir basura por doquier. De poco servían sus protestas ya que él jamás se dignó a pasar la escoba. Simplemente la miraba indiferente mientras ella limpiaba.

Últimamente hacía cosas raras. Rarísimas. Lo sorprendió varias veces delante de la puerta, inclinado el cuerpo hacia adelante, como si intentase echarla abajo o bien la utilizara como soporte para hacer flexiones. También pasaba horas mirando por la ventana, hacia el tejado de enfrente, lleno de palomas y de lagartijas. Y su actitud, ya de por sí ausente, se había ido agudizando hasta convertirlo en une triste sombra acodada en el rincón, apenas perceptible. No comía, casi no bebía. Y ya no separaba los ojos del cristal, mirando quién sabe si a la casa vecina, al infinito o al abismo que se abría más abajo del alféizar.

Aquella mañana se mostraba inquieto. Le echó un último vistazo, bastante preocupada, antes de marcharse a trabajar. Era un espléndido y azulado día de comienzos del verano. La jornada ideal para levantar el vuelo, se dijo, cuando volvió a casa y encontró la jaula abierta.
Abierta… Y vacía, por supuesto.

#SafeCreative Mina Cb

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