martes, 11 de noviembre de 2014



TÓCALA OTRA VEZ…

Desgranaba con lánguida desgana las notas pasando sus finos dedos sobre las ajadas teclas del desafinado piano, consciente de que nadie le prestaba la más mínima atención. Lo miró y el quedó al instante preso de sus felinos ojos verdes, ojos de mar sereno y transparente, de mar en calma, de dulce mirador desde el que contemplar el fondo salpicado de algas frescas y lozanas, nada que ver con esos grises piélagos otoñales, revueltos y densos, turbios como charcos de encrespado mercurio, tenebrosos y aciagos como abismos sin fondo.

Se dejó succionar por el esmeraldino magnetismo y se propuso rescatarla de sí misma. Y allá que fueron su vida, sus ahorros y su voluntad. Y creyó durante un tiempo que flotaba en las aguas cristalinas, dulce y pausadamente, como Ofelia pero en vivo, rodeado de espumas y nenúfares, aspirando el aroma de las flores que llegaba de la orilla… sólos los dos en medio del arroyo, dejándose arrastrar por la corriente dulce. Hasta que nada quedó ni en sus bolsillos ni en el banco. Y una mañana despertó, vacíos los cajones y agostada el alma. Recorrió los tugurios más inmundos y acabó por hallarla, perlas en torno al cuello, de nuevo desgranando las notas con desgana.

Mas ya no le miró.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Fauve Artiste Peintre

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