viernes, 20 de marzo de 2015



EL TIEMPO DEL PERDÓN

Pasa que el cerebro y el cuerpo se fatigan. Que se achica el espíritu ante la intensidad del odio y el rencor. Que se agosta la ira y se le escapan las hojas, ocres y fragmentadas como un atardecer de otoño. Pasa que el pensamiento se expande, y se abre al horizonte lo mismo que el límite del mar que se confunde con el cielo en las mañanas de verano. Pasa que al fin las nubes agrisadas y plomizas se deshacen en blanquísimos jirones de algodón que se acaban diluyendo entre la atmósfera tranquila y azulada. Y que vuelven el sueño, la risa y la esperanza. Y que los ojos se abren de nuevo, luminosos, brillantes e infantiles. Y que el maldito disco duro del pasado se rompe en mil pedazos, y todo se dispersa, y tan sólo perviven un puñado de imágenes en sepia, calmos retazos de un tiempo que el indulgente y pálido velo del olvido guardará para siempre en un cajón de la existencia, perfumados, marcados sus dobleces amarillos, indelebles y eternos, sobre el dulce tapiz de la memoria

#SafeCreative Mina Cb
Imagen de Lumina Terris

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