domingo, 1 de marzo de 2015



LA MADRE NULÍPARA

Las sábanas estaban empapadas de sangre y fluidos cuando el llanto la despertó. Se hallaba guarecida en su regazo, justo en la cavidad formada entre las rodillas y el vientre recogidos en posición fetal. Era diminuta e idéntica a ella. Arrancó con los dientes el cordón umbilical que hacía las veces de antena del radiorreloj y la acercó a su seno. Le brotó de inmediato y sin que se sorprendiera un líquido pálido y acuoso, como el zumo de pera de los supermercados, que la pequeña succionó con avidez para más tarde dormirse plácidamente sobre su pecho. Fue así como las sorprendió el marido al volver a casa a mediodía, justo antes de decir que estaba muy bien eso de ser padre pero que él hubiese preferido un home cinema.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: "Maternidad", de Sebastián Lazos

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