domingo, 7 de junio de 2015



LO QUE UN BESO MERECE

A veces un beso
merece
todo aquello que pueda suceder…

O no.

Quiero decir
ese beso apresurado
que se da sin pensarlo.
Ese beso que no se sabe
si va a tener continuación
si va a traer consigo besos posteriores
en días posteriores…

Ese beso que sabes, eso sí,
que va a desencadenar al instante
un torrente de besos
y una noche y un alba
y tal vez
(tal ves sólo)
tal vez otros besos
o tal vez nada más
que los besos ya dados.

Y es por eso que es tan importante
lo de besarse ahora
y no dejar los besos para un momento
quizá más conveniente
pero menos propicio;
otro momento en el que el beso ya no sea beso
sino algo bien distinto;
otro momento en el que ese beso espontáneo
pierda su sentido primitivo
y se convierta en el cauce que lleva a otros asuntos
y se desvirtúe así su esencia…

Hay que darlo enseguida pues,
sin pensarlo dos veces,
sin reflexión alguna,
atolondradamente…
Por si más adelante no es posible.
Por si ese beso no trae más besos
ni más contactos
ni más encuentros…

Porque hay besos,
sabedlo,
que tan sólo están hechos para eso:
Para ser sólo besos.
que no son sino encuentros de dos vidas
cuyas almas
decidieron unirse un sólo instante
y beberse y tragarse. Y empaparse del otro
y después separarse para siempre
conservando tan sólo la esencia de esa boca
a la que ya nunca
volverán a besar.

#SafeCreative Mina Cb
Imagen: “El beso”- Axel Rodríguez

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