miércoles, 5 de agosto de 2015



FÍSICA Y MÚSICA

Era el puto amo. No había otro que tocase como él. Y por eso todos se lo disputaban. Poco importaba que saliese a escena ciego, que confundiese los nombres de las ciudades en que actuaba y que no se supiera ni una sola de las letras. En el momento en que instalaba la banqueta ante el instrumento y empezaba a tocar ya nada existía salvo él y los bombos y platillos.
Tenía, aparte de eso, la inusual habilidad de sostener los vasos de forma que no se derramase ni una gota. Era capaz de tocar con una mano y sujetar el vaso con la otra sin perder el ritmo y sin que se notase. Nadie sabe cómo pero lo hacía. Y del mismo modo en que en el momento en que había rebasado el quinto cubalibre no le era posible articular palabra, sí que podía bajar del escenario en medio de un concierto y recorrer un local atestado de público bailando para llegar hasta la barra, pedir un cubata, recogerlo y volver tambaleándose hasta el tablado, subir a él e incorporarse al momento de la actuación sin titubeos y sin que del vaso se hubiese derramado una partícula de líquido. Es más, si en ocasiones transportaba dos combinados diferentes, siempre acababa por el suelo el que no era para él. Y no lo hacía deliberadamente. Puedo jurároslo. Era una rara habilidad.

Cascó de una cirrosis al acabar la cuarentena. Antes de hacerlo expuso su caso a las autoridades sanitarias estadounidenses y éstas aceptaron quedarse con su cuerpo para estudiarlo una vez muerto a cambio de una cifra nada despreciable con la que aseguró el porvenir de su sufrida mujer y sus dos hijos.
Tras el fallecimiento prepararon sus restos y los metieron en la bodega de un avión rumbo a los States.

Dicen que está en Houston.
Donde los astronautas.

#SafeCreative Mina Cb

No hay comentarios:

Publicar un comentario