martes, 29 de septiembre de 2015



PUFF

Se me acabó tu amor una mañana
lo mismo que el champú de los frascos opacos
que de pronto los pones boca abajo
y ya no sale nada;
tan sólo un patético chorrotón de aire perfumado,
puff…
y un par de burbujitas que en seguida se rompen.

Lo cierto
es que algo iba notando:
era como si el peso descendiera;
si el volumen del líquido viscoso
se fuera diluyendo
y brotase sin fuerza,
sin ganas,
lentamente,
como reptando, perezoso,
por dentro del envase
y deslizándose, aburrido
hasta salir,
baboso y desbravado,
sin ganas de burbujas,
por el estrecho orificio
como una obligación.

Pensé entonces en espaciar el uso,
en rellenar el bote,
en hacer cualquier cosa
(incluyendo raparme la cabeza)
mas… ¿para qué?- me dije.

Y al final sucedió:
y ya nada me resta…
Salvo la hueca presencia del frasco en el estante,
desafiante y mudo,
verde y ridículo,
como vestido de payaso…
Y ese perfume que aún sale de sus tripas
cuando a veces lo abro
y lo aprieto
y puffff…
brota tu olor de sus plásticas entrañas
y se esparce por todo
al tiempo que una tímida burbuja
se abullona y se rasga al poco tiempo
y se convierte en líquidas moléculas
juguetonas y frescas
que me irritan los ojos
y que me hacen llorar.

#SafeCreative Mina Cb

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