martes, 15 de diciembre de 2015



LOTECCIONES NAVIDALES

La verdad es que estoy indecisa. Pero mucho, ¿eh?
Sí, porque a ver… ya no distingo, o sea no discierno, o sea no me entero, o sea llevo una empanada mental que ya no sé si voy o vengo. Que entre los de las oenegés que andan estos días tomando las calles y asaltando a los viandantes (pordiossss, que alguien me diga cómo hay que vestirse para no parecer una tía solidaria porque yo me los llevo en ristra como el flautista de Hamelín a las ratas), los políticos que de repente se han empezado a acordar de que existo (el coronel Buendía estaría gozando de lo lindo en mi lugar, todos los días el buzón hasta los topes), los watssap de los amigos ofreciendo lotería y haciendo sorteos para lo del amigo invisible y la inminencia de las Navidades estoy ya que me va a explotar el disco duro. Y es que a ver qué clase de alineación planetaria se cruzó el día en que al Rajoy, o al que sea, se le ocurrió fijar la fecha de las elecciones generales. Que yo estoy en un ay. Que no vivo, en fin. Que me da miedo poner la tele, conectar la radio, navegar por Internet, salir a la calle… Ni a irme de zuritos con la cuadrilla me atrevo, porque en cada bar te encuentras a un político, a un tío ofreciendo participaciones, a un sembrador de estrellas o a un cooperante de cualquier asociación humanitaria. Es más, el otro día me tropecé con una amiga a la que no veía hace tres años y en lo que cuesta pedir un par de cañas ya me había hecho de Acnur, me había emplumado tres participaciones para el sorteo de una cesta y me había puesto en la solapa derecha del abrigo una estrella de Belén y en la izquierda un pin de no sé qué partido del que se ha hecho militante. Y eso que está divorciada, curra y tiene cuatro críos en custodia compartida. Que digo yo que las quincenas que no ejerce de madre hay que joderse lo que le cunde el tiempo. En fin, que me tomé la caña y a continuación me di a la fuga, porque dije, a ver… si me emborracho esta se lía a sacarme papeles para firmar y lo mismo acabo de cooperante en Mozambique… que cosas más difíciles se han visto.

Pues eso… que estoy deseando que se pase todo: las votaciones, la lotería, las cenas con regalos y los anuncios de colonia. Que esa es otra: ya podían, aprovechando que las fechas se solapan, sacar en los mítines a los efebos del Jean Paul Gautier, y no a toda esa cuadrilla de barbudos y de rubias de frasco que no dicen más que bobadas. Y a cambio, que pongan a los políticos a cantar el Gordo. Por lo novedoso de repartir pasta en vez de llevársela. Que lo mismo se aficionan y cambian de actitud de una puñetera vez.

En fin… que yo me lo estoy pensando: no sé si iré al colegio electoral con la zambomba, el matasuegras, la botella de cava y un décimo de lotería en cada sobre (distinto para el Senado y el Congreso) o me plantaré en la Puerta del Sol con las doce uvas a la hora del sorteo, esparciré las papeletas por el suelo, les pondré a cada una un número del cero al nueve y según terminen el primero y el segundo premio pues oye, a esos les tocará… Que malo será que lo hagan peor que los de ahora.

Y eso, claro está, si mi amiga la cooperante no se me ha llevado para entonces a pasar la Navidad a Mozambique.

(y todo con las bragas rojas puestas)

#SafeCreative Mina Cb

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