lunes, 7 de marzo de 2016



DESVESTIR A SUPERMÁN

Tengo una amiga que fue novia de Supermán.
Sin saberlo, por supuesto. Y desde luego que con el compromiso de no decir una palabra a nadie una vez que se enteró. A mí me lo confesó cuando rompieron, una noche que se pilló un borracherón del quince y me lo acabó contando todo en el váter de un bar, cuando yo le sujetaba la puerta, el bolso y el abrigo mientras ella intentaba atinar en el agujero sin apoyar las nalgas en la loza, que estaba hecha un asquito. Y es que una puede ir muy borracha pero la dignidad es lo último que se pierde. Y todavía no habíamos llegado hasta ese punto.
En fin, que me contó la pobre, el rimmel despintado y la cara ennegrecida por los chorretones de las lágrimas, que el tipo la engañó como a una imbécil. Que se liaron así como que tontamente mientras ella estaba de becaria en los States porque le atrajo ese aire suyo de indefensión y de inocencia, y esas gafas cuadradas tan antiguas, y esa timidez casi enfermiza que lo hacía tan deseable como un osito de peluche en mitad de una noche oscura. Y ese halo de misterio que lo rodeaba, ese no sé qué, ese qué sé yo que a ella le gustaba tanto… Un enigma miope, me decía. Un misterio encriptado. Una novela apasionante que no podía resistirse a devorar… En fin… que lo de devorar es metafórico, porque el hombre se lo puso complicado, en plan hoy sí y mañana no y mira que no lo tengo claro y que sí que te quiero pero es que hay algo que tú no sabes y yo no sé decirte y mira aléjate y no mejor que te acerques… y en fin… esas cosas que sabes que te van a llevar a la ruina pero que al mismo tiempo van haciendo que pierdas la cabeza…
Porque la perdió. Mi amiga digo. Y él se dejó hacer, como es normal… a ver, si se te pone a tiro y cuanto más intentas alejarte más se acerca ella, y aun encima te gusta y te lo pone a huevo… a quién le amarga un dulce, por muy superhéroe que uno sea.

Y empezaron a salir. Y eso sí que fue un calvario, porque el tipo desaparecía cada dos por tres. Y sin decir ni mu. Estaban en un bar y de repente, en el canal de las noticias salía, qué se yo, cualquier catástrofe, y el chaval se iba al baño y ahí te quedas. Que a la pobre se le quedaba una cara de idiota que alucinas. Y eso una vez. Y otra. Y otra más. Y luego el tío, que tampoco le daba explicaciones. Y a ella que el misterio la ponía, y que le daba por pensar que a lo mejor era, qué se yo, un agente secreto, o un bandido, o un testigo protegido de esos que salen en las pelis… un superhéroe jamás. Porque no existen.
O al menos eso es lo que creía ella. Porque una noche en que salió de repente lo siguió, y lo pilló metamorfoseado en superhombre. Y la pobre se quedó de piedra. Y le dijo que la daba igual. Que ella lo quería. Y que lo aceptaba tal cual, con su capa y su traje de lycra. Pero que por favor dejase de tenerla en vilo. Que si debía de largarse a una misión se lo dijera. Y que no la abandonase en cualquier parte, con las dos consumiciones sin pagar y un montón de curiosos al acecho. Que se lo explicase y entonces ella se iría a casita y lo esperaría allí. Y él la besó en la frente y le prometió, antes de levantar el vuelo, que aquella noche la pasarían juntos.
Ella lo esperó en la terraza. Eran las cuatro y media cuando su figura apareció a lo lejos, rasgando la negrura. La abrazó con fuerza y se fundieron en un beso largo y lujurioso. Él la tomó en brazos y la dejó caer sobre la cama. La besó en el cuello y en los hombros. Ella le respondía con pasión, buscando sin hallarla con los dedos la abertura del traje de lycra para poder acariciarlo. Él seguía besándola. Ella ya no podía más. Moría de deseo pero no había forma de despojar al hombre de sus vestiduras. Intentó rasgarlas pero eran demasiado resistentes. Nunca nos enseñan en las pelis cómo se viste Supermán, me decía entre lágrimas, para terminar confesándome que cuando le insinuó la posibilidad de hacer un agujero en el traje con el fin de consumar el acto, él se negó rotundamente, argumentando que le parecía un sacrilegio.

Eso fue hace dos meses.

Ahora está saliendo con un fontanero. Y me consta que son superfelices.

#SafeCreative Mina Cb

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