viernes, 1 de abril de 2016



MALGASTAR EL TIEMPO

Ya podía la poesía guisar,
o arreglar cañerías,
o quitar los roces de los puños,
o reparar ordenadores,
o desatascar lavabos,
o atornillar patillas de gafas,
o limpiar el polvo,
o cambiar una rueda,
o encontrar calcetines perdidos,
o bruñir metales,
o resolver ecuaciones,
o sacar la basura,
o leer la letra pequeña,
o madrugar en invierno,
o recoger la compra,
o ir a las reuniones de vecinos,
o pasar la aspiradora,
o sacar al perro,
o pagar el alquiler,
o cambiar pañales,
o ir a trabajar,
o incluso
examinarse del carnet de conducir.

Pero no.
Es remolona y,
me temo,
de nula utilidad
a efectos prácticos.

Mas cada cual es libre
de decidir su forma
de malgastar el tiempo.

#SafeCreative Mina Cb

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