miércoles, 13 de julio de 2016



SIN MÉTRICA NI RIMA

Aquel soneto estaba condenado a ser un dulce,
cándido,
inolvidable despropósito…

Desde el verso inicial al lúcido estrambote:
un cuarteto impecable en primer término,
una segunda estrofa a la cual le patinaban las esdrújulas
y dos tercetos a la desesperada
en plan
contad si son catorce y ya está hecho.

Existen rimas bellas e imposibles
en las que la asonancia
es un factor inevitable
que se acaba convirtiendo en la excusa perfecta
para nunca más volver a sentir
la tentación de componerlas.

#SafeCreative Mina Cb

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