lunes, 29 de agosto de 2016

 


 ¿QUÉ VAS A HACER CON LO QUE TE QUEDA?

La gente muere a nuestro alrededor. Tac. Tac. Continua e indiscriminadamente. Cualquiera y en cualquier momento. Es parte del juego. Yo tecleo a diario un texto que puede convertirse en mi epitafio. Todos llevamos la muerte pegada a las espaldas. Traviesa e invisible. Ahí anda. Barajando. Pensando si nos toca o no en el hombro. Zas. Tú. Ahora. Me da igual que protestes. O lo que estés haciendo. Estudiar. Preparar tu boda. Esperar un hijo. Consumirte desde hace décadas en la cama de una residencia concertada. Es hoy y se acabó. Punto pelota. Y te vas y ahí se queda todo. La cama sin hacer y la ropa tendida. Y la peña con cara de pócker, mirando con incredulidad la esquela y pensando que vaya mala suerte. Pero que mejor éste que yo. Para qué nos vamos a engañar. Y al lío de nuevo. Que esto son cuatro días y uno sale nublado. Y a currar y a hacer planes. Y a querer a los padres y a los hijos. Y a quedar algo más con los amigos, que casi ni los vemos. Esta vida loca tan acelerada. La que nos queda. La vida que nos queda. Antes de que ella nos sople en el oído. Que es a lo que hemos venido aquí, no nos engañemos. Lo único cierto. El único proyecto que seguro que se va a cumplir. Que es, mira tú por dónde, el único que no queremos que se cumpla. Porque en el fondo estamos condenados. Desde el mismo momento en que somos concebidos. En que la primera molécula se forma. Condenados a muerte, como dice el compadre Germán en su canción. “¿Qué vas a hacer con lo que te queda?”, reza el estribillo. Y al final, cuando la vibración de las cuerdas de su guitarra se detiene por fin y el aire está vacío y expectante, le da un sorbo a la cerveza, sonriente, y echa mano de una de sus frases favoritas.

Todos tenemos que morir un día.

Pero los otros no.

#SafeCreative Mina Cb

No hay comentarios:

Publicar un comentario